Biografía San Gennaro
Gennaro fue un obispo y mártir italiano. El santo del día 19 de septiembre es el patrón de la ciudad de Nápoles. Es allí donde cada año ocurre un prodigio con su sangre que se licúa. Descubre su vida...
Gennaro nació en Nápoles, Italia, en la segunda mitad del siglo III. Fue electo obispo de Benevento donde se desenvolvió en el apostolado, siendo muy amado por la comunidad cristiana. Hacia muchas obras de caridad a todos sin importar sus creencias.
Pero cuando ya era anciano, el emperador Galerio provocó una de las más grandes persecuciones contra los cristianos.
En este contexto ocurrió el martirio de San Gennaro. Él conocía a un diácono llamado Sosso, que guiaba a la comunidad cristiana de Miseno, que era un importante puerto romano. Sosso fue encarcelado por el juez Dragonio, pre cónsul de la región de Campania, por las funciones religiosas que se celebraban sin importar la prohibición.
Cuando Gennaro se enteró del arresto de Sosso, fue junto a dos compañeros a llevarle aliento y ayuda a este y los otros cristianos prisioneros. Cuando el juez de informó de su presencia entrometida, hizo arrestar a los 3. Todos los que se quejaron también fueron arrestados.
Fueron condenados a morir en el anfiteatro, que hoy existe, en pleno espectáculo. Pero antes de que sucediera todo, el juez se acordó que estos cristianos les eran simpáticos al pueblo y ello causaría revuelo. Por eso cambió la fecha al 19 de septiembre del 305, día en que decapito a Gennaro y sus compañeros cristianos.
Una señora llamada Eusebia logró recoger en dos ampollas, parte de la sangre del obispo Gennaro y lo conservó con mucha veneración. Los cristianos desde esa época recogían reliquias.
Los cristianos de Pozzuoli, lugar del martirio, sepultaron los cuerpos del los mártires poco después del suceso. Se dice que San Gennaro tenía 35 años al momento de su muerte, y que sus compañeros tenían edad similar.
En el año 431 transportaron las reliquias de San Gennaro a las catacumbas, hoy llamadas catacumbas de San Gennaro, en Nápoles. Luego fueron llevadas a Nápoles las dos ampollas con la sangre del santo.
El culto por el San Gennaro creció fuertemente con el pasar del tiempo, por lo que fue necesaria una ampliación de la catacumba. Aquel lugar se convirtió en lugar de peregrinación por los grandes milagros. Su canonización fue oficialmente confirmada por el papa Sexto V en el 1586.
En el año 472 en ocasión a una violenta erupción del volcán del Vesuvio, los napolitanos fueron en masa a la catacumba para pedir su intersección. Así se hizo la costumbre de invocarlo en terremotos y erupciones. Desde el año 472, San Gennaro es el patrón principal de Nápoles.
Durante otra erupción en el 512, gracias a sus ayudas, fue construida una iglesia que a fines del siglo XIII, se volvió la catedral. Donde se encontraba su cráneo y su sangre. Luego las reliquias se trasladaron a Benevento hasta el año 1156, por guerras. Luego las reliquias fueron trasladadas al santuario de Montevergine, donde estuvieron por 3 siglos.
El 13 de enero de 1492 las reliquias fueron llevadas de nuevo a Nápoles, a la catedral. En el 1646 se las llevaron a la capilla del Tesoro de esa ciudad. La sangre se cerró entre dos vidrios circulares de 12cm de diámetro. Una ampolla es más grande que la otra. Solo en la más grande ocurre el prodigio de la licuación.
El prodigio milagroso ocurre 3 veces al año:
El primer sábado del mayo, donde después de las procesiones y oraciones ocurre la licuación de la sangre, que durante los otros días del año esta seca.
La segunda vez ocurre el 19 de septiembre, donde de nuevo ocurre el prodigio. Los fieles pueden acercarse y besar la reliquia. Hacen ver como la sangre fluye moviendo el relicario.
La tercera licuación se da el 16 de diciembre en memoria de la desastrosa erupción del volcán Vesuvio en el 1613, donde la lava y la erupción paro con la invocación del santo.
Fuente: www.santavirgenmaria.com